Monday, July 02, 2007

¿Me conoces de otro lado?


- ¿Me conoces de otro lado?

Talvez has estado en muchos lugares, pero si me conoces, tuvo que ser en este sitio. Siempre he vivido aquí, y con eso me refiero a mí, no a las extensiones de mi existencia que van desde mis sueños hasta las proteínas que me componen o algún compuesto que asimilé de… ¿qué se yo? Una vaca suiza. ¿De dónde traen la carne?


De ningún lado, la que comemos la siembran aquí. La carne que consumo no puede ser importada, costaría demasiado. Demasiado para mí, al menos, porque como dijo aquel sofista (y quién sabe a partir del tal Protágoras cuantas personas más) el hombre es la medida de todas las cosas. Mi bolsillo es la medida de la carne que como.


- Sí, sí Einstein, el relativismo de colegio


Bueno, como te decía, es imposible que me hayas conocido de otro lado. Si mi alma estuvo en otro cuerpo ¿porqué demonios sería yo? ¿No será más bien esto que llaman el alma, como un traje de alquiler? Creo que yo no sería yo si es que toda mi vida no hubiese tenido mi linda nariz, o mis labios, o mis tics extraños. Tú usas el alma, pero no puedes decir que es tuya.


Entonces nada te pertenecería, sólo el cuerpo, y ni eso. El cuerpo le pertenece a la naturaleza que te usa para seguir existiendo. ¿Pero a quién usa, dónde esta tu yo? Cierra los ojos, ¿puedes verlo? Antes de tanta parafernalia (ya que está de moda el término) religiosa al alma se la consideraba como un mero animador de cuerpos. Por eso Tales sugirió que el imán podía tener alma, pues algo en su naturaleza le permitía moverse sin ayuda de contacto físico.


-En fin, ¿de dónde más pudiste conocerme?


Talvez en algún punto cósmico fuimos uno. (Oh, que tierno…) Bueno, déjame explicarlo. Nuestro organismo es una combinación de partículas, que a su vez, las asimilamos de otro semejante que las perdió y luego desechamos, las transformamos, y así. ¿Qué tal si cada proteína tiene memoria? Bueno, de hecho la tiene. ¿Ves mi punto? Puede que alguna vez, las proteínas que nos componen en este preciso segundo estuvieran en un solo cuerpo, por ejemplo un elefante. Ya sé que eso no es muy tierno, además, no habrían sobrevivido tanto tiempo.


Aunque espera, no es tan difícil. Las proteínas no son las mismas, pero sus ancestros les transmitieron su sabiduría, su memoria. Puede que alguna vez nuestros microscópicos ancestros hayan formado un solo ser, por ejemplo, una rosa. ¿No verdad? Muy trillado. Digamos que estuvimos alguna vez en un diente de león. El viento nos sopló y nos dispersamos, tu seguiste tu camino, yo el mío. Y ahora, después de tanto tiempo nos volvemos a encontrar.

- ¿Ah, no me conocías? bueno, disculpa por perder tu tiempo.