Estrellas que nacen de tus senderos,
caminos que se mezclan y se cruzan
pocas mentes dan cuenta que te usan,
los más valientes en nombre de Eros.
Pobrecilla, forjada por las llamas,
cincelada y aplastada, cantabas.
Los gritos dan forma a tus palabras
como el fuego envuelve a quien amas.
De la grava te sacaron a la luz
entre silencios yacías sin nombre
luego conocida por cada hombre.
Y aunque lleves en tu cuerpo una cruz,
será para ocultar enorme engaño,
por ti mil muertos, otras luz han dado.
Tuesday, October 31, 2006
La joya (Soneto II)
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